American Romance: Lukas Nelson, un corazón libre en la carretera del country.

 

En el mundo de la música americana, hay apellidos que cargan historia, leyenda… y también una sombra difícil de evitar. Pero Lukas Nelson, hijo del ícono Willie Nelson, ha decidido escribir su propio capítulo. Lo hace con American Romance, su primer álbum como solista bajo el sello Sony Music Nashville, un trabajo que no solo revela a un gran cantautor, sino a un artista dispuesto a abrir su alma al país que lo crió.

American Romance no es un álbum cualquiera. Es una colección de catorce canciones que parecen capítulos de un diario íntimo y, al mismo tiempo, un retrato sonoro de la América profunda: la que se ve desde una ventanilla empañada de un auto en marcha, la que huele a café barato en un diner de madrugada, la que se siente en los silencios del desierto y en las despedidas.

Con producción de Shooter Jennings (hijo del legendario Waylon Jennings), Nelson construye un álbum profundo y sensible. “Este disco es una carta de amor a la gente que conocí, a los lugares que me formaron y a la idea de que todos estamos buscando conexión”, declaró el artista en una entrevista reciente. Y esa conexión se siente desde el primer acorde hasta el último suspiro de guitarra acústica.

Cada tema tiene un propósito narrativo. “Ain’t Done” abre el disco como una declaración espiritual: un himno personal sobre empezar de nuevo, inspirado en All Things Must Pass de George Harrison. En “Outsmarted”, Nelson juega con la ironía de autoboicotearse, al mejor estilo Don Draper de Mad Men. Mientras tanto, “Pretty Much” toca una fibra melancólica: una visión del final de la vida desde la paz y la gratitud.

Pero no todo es introspección. En “Friend in the End”, junto a la talentosa Sierra Ferrell, celebra la belleza de la amistad verdadera. Y en “Disappearing Light”, en colaboración con Stephen Wilson Jr., evoca paisajes montañosos y emociones a flor de piel con un sonido folk appalachiano que te deja sin aliento.

La canción que da nombre al álbum, “American Romance”, resume la idea central del proyecto: una historia de amor con el país, con sus contradicciones, su cultura, sus heridas y su belleza. No es una exaltación patriótica vacía, sino una declaración artística madura, honesta y profundamente humana.

A sus 36 años, Lukas Nelson llega a este álbum tras un proceso personal de transformación. Dejó el alcohol y el tabaco, aprendió a pilotar para vencer su miedo a volar, y se reencontró con su propósito creativo. En este contexto nació American Romance: un disco que suena a libertad, a reconciliación, y sobre todo, a verdad.

Quizás el gesto más simbólico del álbum es su canción final, “You Were It”, escrita cuando Lukas tenía apenas once años. Hoy, más de dos décadas después, decide incluirla como un guiño al niño que soñaba con cantar desde su propio lugar, no desde la sombra de nadie.

El lanzamiento de American Romance viene acompañado por una gira que lo lleva por escenarios emblemáticos: Newport Folk Festival, Austin, Detroit, Nashville, y más allá. En cada show, Lukas no solo canta: comparte una experiencia que mezcla música, historias y una invitación a ver el país con otros ojos.

Con este álbum, Lukas Nelson deja claro que su apellido es un legado, sí, pero no un límite. American Romance es la prueba de que hay artistas que no solo heredan talento, sino que saben reinventarlo. Y en un momento donde la música country y americana busca nuevas voces auténticas, Lukas emerge como una brújula emocional.

“No quiero que me sigan por lo que fui o por lo que heredé. Quiero que me acompañen en este viaje. El mío”, dijo. Y después de escuchar American Romance, es imposible no querer subirse a ese auto con él.