Breve crónica del jean y la música country
“El denim no solo viste cuerpos. Viste paisajes, memorias y canciones que huelen a polvo, gasolina y hierba mojada.”
En algún punto entre las vías del tren y los campos de algodón, nació una prenda que sin saberlo, se volvería himno visual de una cultura entera. El jean —o denim, como le llaman con cierta reverencia textil— fue primero herramienta, luego símbolo, y finalmente, estandarte de una música que canta con botas, pero se apoya en sus costuras: el country.
✦ La tela que vino del trabajo
Todo comenzó en 1873, cuando un comerciante bávaro, Levi Strauss, y un sastre llamado Jacob Davis patentaron un pantalón reforzado con remaches de cobre. Su función era simple: no romperse en las minas del oeste americano. Sin embargo, en las manos callosas de los campesinos del sur, los jeans se volvieron parte del uniforme rural.
El country aún no existía como género, pero ya se gestaba entre guitarras de porche y banjos oxidados. Y ahí estaban los jeans: sucios, ajados, reales.
✦ El vaquero que cantaba con jeans
Cuando los primeros artistas country, como Jimmie Rodgers o The Carter Family, comenzaron a sonar en las radios rurales de los años 20, no se disfrazaban. Vestían como vivían. Camisas a cuadros, sombreros de ala ancha, y jeans sin pretensiones. La música y la ropa hablaban el mismo lenguaje: sencillo, directo, sincero.
A medida que Nashville comenzaba a convertirse en meca del género, los jeans seguían ahí. En la radio, en los bailes de granero, en las historias de desamor cantadas en tres acordes. En el sur profundo, nadie necesitaba una boutique para ser auténtico.
✦ Hollywood y el vaquero reluciente
Todo cambió cuando Hollywood descubrió el romanticismo del oeste. El jean, hasta entonces rudo y funcional, empezó a brillar. En los años 50, figuras como Roy Rogers y Gene Autry aparecían con pantalones de denim ajustados, planchados, bordados. El country entraba al espectáculo, y el jean se subía al escenario.
La prenda que había nacido para el polvo ahora pisaba alfombras rojas con botas relucientes.
✦ La rebelión del denim
Pero el jean, como el country, no se queda cómodo por mucho tiempo. En los 70, cuando Willie Nelson, Waylon Jennings y los outlaws desafiaron el sonido plastificado de Nashville, sus pantalones hablaban por ellos: jeans rotos, lavados por el sol, sin adornos. Denim como declaración de independencia.
Ellos no necesitaban permiso ni vestuario. Su moda era la vida misma.
✦ Las divas del denim
Mientras tanto, el jean también encontraba voz en las mujeres del country. Dolly Parton, con su inconfundible estilo, le dio al denim un giro femenino, brillante y desafiante. En los 90, Shania Twain lo volvió sexy. El jean, antes rudo, ahora también seducía. El country se volvía espectáculo global, pero sin perder su raíz de mezclilla.
✦ TikTok, botas y nostalgia
Hoy, el jean está en todos los festivales country del país. Desde el CMA Fest en Nashville hasta Stagecoach en California, el denim vuelve como vintage, como diseño de autor, como guiño a un pasado que nunca termina de irse.
Artistas como Lainey Wilson, Kacey Musgraves o Zach Bryan usan jeans que cuentan historias sin hablar. Son la versión moderna de una tradición textil que no necesita presentación.
Más que tela, una canción sin música
El jean no solo viste al country. Es parte del country. Está en las portadas de discos, en los videoclips, en los escenarios y en los retratos de la América profunda.
Y así como una canción country puede hacerte llorar con tres acordes, un buen par de jeans puede decir: "no he olvidado de dónde vengo".